«Ver pasar la vida» cobra un nuevo significado en Balneario Camboriú. Sentarse a observar el ir y venir de la gente, cada uno con su historia, sus prisas o su calma, es un ejercicio casi hipnótico.
Caminar por el calçadão es más que un paseo; es una pausa en la rutina, una invitación a la introspección. Es el momento perfecto para desconectarse del ajetreo cotidiano, reflexionar y redescubrir lo que realmente importa.
En este rincón de Santa Catarina, el tiempo parece diluirse entre la brisa marina, las conversaciones distendidas y la vida que fluye a su propio ritmo.
Fotografía de: LCS, Luis Carlos Sanabria (Derechos Reservados)